“No apoyes el portátil sobre una superficie blanda”.
Os preguntareis, ¿Cómo?, si he visto un montón de pelis americanas en que precisamente hacen eso. Bueno, pues como diría Calderón trasladado al séptimo arte, “el cine, cine es”
Nunca, nunca hagaís esto. El problema de apoyar nuestro portátil en una superficie blanda como puede ser una almohada, un cojín, una manta o sobre las sabanas, es que estamos tapando sin darnos cuenta las rendijas de entrada y salida de aire que nuestro portátil tiene para disipar el calor.
Siempre que queraís utilizarlo sobre la piltra o sofá, utilizar una superficie dura. Si sois tan vaguetes que no salís de la misma para nada, agenciaros una de esas maravillosa mesitas para desayunar en la cama. Las hay que son una monada, con luz incorporada y todo.
Ante este asunto tan delicado como es el excesivo calentamiento del ordenador, cabe pensar si existe alguna solución. Hay soluciones para solventar en parte el problema. La que vamos a tratar en este post son las bases de refrigeración.
Son unas bases pensadas (como no podía ser de otra forma), para estar debajo del portátil. Lo elevan unos centímetros de la mesa y refrigeran la parte inferior del mismo gracias al propio ventilador del que disponen. Si os decidierais por comprar una de estas bases, optar por una de aluminio que por sí mismas ya son capaces de absorber parte del calor desprendido. Pruebas realizadas por expertos en la materia, permiten asegurar que se puede llegar a reducir 10º la temperatura de nuestro portátil.
Como no es oro todo lo que reluce, tengo que avisaros que también tienen algunos pequeños inconvenientes:
■ Utilizan uno de nuestros puertos USB.
■ Elevan el portátil (lo que puede resultar molesto para el tecleo).
■ Suelen ser bastante ruidosos.
En posteriores post hablaremos sobre otras formas de contrarestar el excesivo calor de nuestros portátiles.
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